Combined from Vampi Bit me and Advent Child.
domingo, 8 de septiembre de 2013
miércoles, 17 de julio de 2013
martes, 9 de julio de 2013
miércoles, 3 de julio de 2013
martes, 18 de junio de 2013
viernes, 14 de junio de 2013
jueves, 13 de junio de 2013
miércoles, 12 de junio de 2013
martes, 11 de junio de 2013
lunes, 10 de junio de 2013
domingo, 9 de junio de 2013
UNA PARED
Encontramos en medio de tanto calor un pequeño lugar en medio de la nada, sólo viento y arena soplaba entre grietas de esta enorme pared. Esperamos a que el sol se pusiera un poco para que nos dejara una leve sombra a raíz de esta tremenda y antigua pared. Tenía escritos nombres y dibujos tapados con otros dibujos.
No tenemos la menor idea de cuánto tiempo tenga ese lugar ahí. Algunos de los dibujos tienen color, otros sólo son borrones y manchas o quizás sólo son accidentes que se dejaron ahí. Llevamos mucho tiempo tratando de formar historias a partir de lo que contenía la pared. Nos distrajo por momentos el hecho de que sólo estábamos ahí tomando un poco de sombra para poder continuar.
Después de un tiempo, comenzamos a sentirnos más tranquilos por tener esa pared ahí. Comenzamos a poner más rocas en ella para expandirla un poco más, así pasando la hora de sol total podíamos regocijar un poco de una mejor y más fresca sombra.
Cuando caía la noche comentamos nuestro viaje, las horas caminadas, cómo nos encontramos al mismo tiempo viendo esa pared, cada quien del lado contrario. Nos burlamos de nosotros mismos pensando en todo el tiempo que pudimos estar uno enfrente del otro sin saberlo. Comenzamos los garabatos que se nos ocurrieron, hicimos nuestras caricaturas y contábamos cuentos sobre nubes y segundos. La primera piedra que pusimos con tanto esfuerzo, la criticamos tanto que sólo por diversión no la quitamos. La pared era enorme compartíamos las sombras correspondientes a las horas.
Cuando terminamos de poner las piedras que traíamos en los equipajes, cuando no pudimos expandir más esa pared los días comenzaron a ser monótonos. Ya no podíamos desdibujar encima de lo dibujado. Partimos en búsqueda de más piedras, a veces he regresado a ver la pared, pero ya no he visto más dibujos. Incluso hay unos que los deslavó la arena. He llevado piedras al lugar, pero no las pongo más. Las coloco por un lado por si algún día te veo de nuevo por ahí, recuerdo que lo divertido era ponerlas juntos. Creo que sí, sí lo era.
todos los derechos reservados
Omar López Rincón
Código: 1306105248026
Fecha 10-jun-2013 1:57 UTC
revisión: Jennifer Romero
jueves, 6 de junio de 2013
sábado, 1 de junio de 2013
Otoño
de vez en cuando pienso,
de vez en cuando recuerdo,
de vez en vez salto y te veo
de vez en vez grito en silencio
ya no es igual
ya no es como era
ya no hay retórica de memoria
es muy suave el recuerdo
los nombres se van escondiendo
y ahora aquí, me veo de nuevo
y ahora aquí, me encuentro sonriendo
he estado en esta plaza de recuerdos
muchas veces he estado viendo y viendo
me asomo y confundo porque son tantos los momentos
algunos pasan cerca saludando y otros sólo de lejos
creo que entre muchos te veo
muchas veces sentados, muchas veces corriendo
de vez en cuando sólo veo
y en lo que veo me veo
de vez en cuando y sólo cuando puedo
me sonrío porque entre tanto alboroto
todavía reconozco un poco asomado, un poco asombrado
todavía cuidando la luna, cuidando la luna
aún no se va sin mí, me sigue esperando
la oportunidad de seguir compartiendo y acumulando
más momentos para terminar de entenderlo
de vez en cuando recuerdo,
de vez en vez salto y te veo
de vez en vez grito en silencio
ya no es igual
ya no es como era
ya no hay retórica de memoria
es muy suave el recuerdo
los nombres se van escondiendo
y ahora aquí, me veo de nuevo
y ahora aquí, me encuentro sonriendo
he estado en esta plaza de recuerdos
muchas veces he estado viendo y viendo
me asomo y confundo porque son tantos los momentos
algunos pasan cerca saludando y otros sólo de lejos
creo que entre muchos te veo
muchas veces sentados, muchas veces corriendo
de vez en cuando sólo veo
y en lo que veo me veo
de vez en cuando y sólo cuando puedo
me sonrío porque entre tanto alboroto
todavía reconozco un poco asomado, un poco asombrado
todavía cuidando la luna, cuidando la luna
aún no se va sin mí, me sigue esperando
la oportunidad de seguir compartiendo y acumulando
más momentos para terminar de entenderlo
Aire de noche
no importa que tan dificil sea
quiero saber que estas ahi
sentirte cerca y ver que me sientes
saludarte diciendo hola con una sonrisa
quiero verte al rostro y juguetear con tu cabello
olerte y tomar tu mano
arrastrar los pies contigo y levantar la tierra
guardando la luna, dejé salir la luna, se me escapó la luna, vigilando la luna, cuidando la luna
quiero saber que estas ahi
sentirte cerca y ver que me sientes
saludarte diciendo hola con una sonrisa
quiero verte al rostro y juguetear con tu cabello
olerte y tomar tu mano
arrastrar los pies contigo y levantar la tierra
guardando la luna, dejé salir la luna, se me escapó la luna, vigilando la luna, cuidando la luna
Votos Sordos
Es ahora con dos historias cuando ocurre,
la historia de mis padres, la historia de los tuyos,
la historia de tus abuelos, la historia de los míos
y así sucecivamente invirtiendo hasta tiempos de tiempos
miles de estaciones que tuvieron que transcurrir y situaciones
que se tuvieron que combinar para que ahora estemos aquí
tanto debemos a la consecuencia
por ese mismo respeto a la naturaleza que nos pone uno frente a otro
que no haya duda alguna, ni un segundo, ni un pensamiento
hasta el inconsciente repite y asegura que somos lo que tenemos que ser
que no es la inseguridad, la soledad o los demás.
Hoy laconico uno frente a otro, justos y ojo a ojo
con todo el coraje que perfora toda superficie obvia
no tengo miedo.
Ahora que sere testigo único de lo que en realidad es tu mente
ahora que veras de mi lo que sólo yo he conocido
esta tercer historia comienza
y sirve para continuar las anteriores, honrarlas y al final...
el final ? Pero si apenas es el comienzo,
regalemos muchas fotos para guardar a los que vienen,
enseñaremos juntos, crearemos juntos, idearemos juntos,
disfrutaremos juntos, lloraremos juntos, escribiremos juntos,
cantaremos juntos, bailaremos juntos, recordaremos juntos...
juntos...
los que vienen nos recordaran así...
juntos
la historia de mis padres, la historia de los tuyos,
la historia de tus abuelos, la historia de los míos
y así sucecivamente invirtiendo hasta tiempos de tiempos
miles de estaciones que tuvieron que transcurrir y situaciones
que se tuvieron que combinar para que ahora estemos aquí
tanto debemos a la consecuencia
por ese mismo respeto a la naturaleza que nos pone uno frente a otro
que no haya duda alguna, ni un segundo, ni un pensamiento
hasta el inconsciente repite y asegura que somos lo que tenemos que ser
que no es la inseguridad, la soledad o los demás.
Hoy laconico uno frente a otro, justos y ojo a ojo
con todo el coraje que perfora toda superficie obvia
no tengo miedo.
Ahora que sere testigo único de lo que en realidad es tu mente
ahora que veras de mi lo que sólo yo he conocido
esta tercer historia comienza
y sirve para continuar las anteriores, honrarlas y al final...
el final ? Pero si apenas es el comienzo,
regalemos muchas fotos para guardar a los que vienen,
enseñaremos juntos, crearemos juntos, idearemos juntos,
disfrutaremos juntos, lloraremos juntos, escribiremos juntos,
cantaremos juntos, bailaremos juntos, recordaremos juntos...
juntos...
los que vienen nos recordaran así...
juntos
Omar López Rincón
Catalejo
No siempre buscamos figuras en las nubes.
hay momentos en los que únicamente vemos nubes.
hay momentos en donde sólo vemos manchas.
Incluso las líneas que sugieren directamente una figura, no las entendemos
y sólo vemos líneas.
Existen constantes banderas a nuestro alrededor tratando de explicarnos.
Tenemos que aprender a escuchar, tenemos que aprender a poner atención.
Cuando las máscaras comiencen a hablar, habremos perdido todo sentido y
seremos formas vacuas sin lógica.
Incluso al encontrar las líneas en la distancia correcta, es aún cuando
el trabajo efectivo comienza.
Podemos ver las líneas y entender la figura, ahora daremos la sentencia
y será algo cruel o podríamos dar la expresión.
La relevancia la dictaminamos a cada segundo detonamos las ideas o
las matamos pasando de largo.
Nosotros apuntamos la lámpara, los objetos en el cuarto obscuro no se mueven.
hay momentos en los que únicamente vemos nubes.
hay momentos en donde sólo vemos manchas.
Incluso las líneas que sugieren directamente una figura, no las entendemos
y sólo vemos líneas.
Existen constantes banderas a nuestro alrededor tratando de explicarnos.
Tenemos que aprender a escuchar, tenemos que aprender a poner atención.
Cuando las máscaras comiencen a hablar, habremos perdido todo sentido y
seremos formas vacuas sin lógica.
Incluso al encontrar las líneas en la distancia correcta, es aún cuando
el trabajo efectivo comienza.
Podemos ver las líneas y entender la figura, ahora daremos la sentencia
y será algo cruel o podríamos dar la expresión.
La relevancia la dictaminamos a cada segundo detonamos las ideas o
las matamos pasando de largo.
Nosotros apuntamos la lámpara, los objetos en el cuarto obscuro no se mueven.
Omar López Rincón
Antes del último segundo
me gustaría que cuando no esté
recuerdes que reía
que trataba que rieras
que inventaba ideas
que ideaba historias
que recordaba líneas
que intentaba pintar con palabras
que hablaba y veía
que miraba y oía
que escribía
que tocaba música prestada
que tocaba música aprendida
que pensaba y pensaba
que leía y te leía y leía
que guardaba silencio
que te cantaba
que bailaba y gritaba
que brincaba
que a veces corría
que a veces me detenía
que pateaba
que volteaba al cielo y suspiraba
que te pedía que cerraras los ojos
que apuntaras todo y me dijeras lo que querías
que te enseñe cuadros
que veía la luna
que reía los martes y jueves
que los lunes peleaba
que los miércoles suspiraba
que me gustaban las frases
que te leía y leía
que te escuche
y si no lo puedes recordar... confía en mi
a veces lo hacia
recuerdes que reía
que trataba que rieras
que inventaba ideas
que ideaba historias
que recordaba líneas
que intentaba pintar con palabras
que hablaba y veía
que miraba y oía
que escribía
que tocaba música prestada
que tocaba música aprendida
que pensaba y pensaba
que leía y te leía y leía
que guardaba silencio
que te cantaba
que bailaba y gritaba
que brincaba
que a veces corría
que a veces me detenía
que pateaba
que volteaba al cielo y suspiraba
que te pedía que cerraras los ojos
que apuntaras todo y me dijeras lo que querías
que te enseñe cuadros
que veía la luna
que reía los martes y jueves
que los lunes peleaba
que los miércoles suspiraba
que me gustaban las frases
que te leía y leía
que te escuche
y si no lo puedes recordar... confía en mi
a veces lo hacia
El Éxito
El éxito, no es ser acaudalado, no es tener buena apariencia.
El éxito no es tener buen cuerpo, no es estar contento.
Puedes encontrar a alguien que tenga lo que quieres, y no ser exitosa,
puede tener lo que tu quieres pero no lo que la hace feliz.
Tu éxito lo defines tu mismo, no los demás.
El éxito no es lograr lo que los demás quieren.
El éxito no es pensar más que los demás, ni adelantarse.
El éxito no es querer lo que tienes, ni tener lo que quieres.
El éxito no es un capricho, ni llevar a cabo proezas mundiales o históricas.
El éxito no es una adivinanza, no es casualidad.
El éxito no es encontrar un camino fácil o rápido.
El éxito no se encuentra ni se quita.
El éxito es cumplirte a ti mismo lo que te prometiste.
MONSTRUO
En el letargo, afilando las cuestiones,
en la nada, punzando la vena de la idea
arrancarme de la historia ó extirparte.
sacarte de cuajo, amputarte de las imágenes.
Impotente de actuar, me sonríes desde ayer
me acaricias y cada vez el escozor que da miedo,
de hacerlo en verdad, de esfumar los recuerdos
casi con ampollas en los ojos.
Soporto en la corteza de la memoria,
con una costra de recuerdos lisos, impalpables
y cada situación permeada de la presencia,
de la inagotable presencia que te he creado.
Omar López Rincón
CELESTIAL
El mal no existe,
pasaran las eras y seguirás conociéndome,
te encontrare a pesar de los sentidos
y en el polvo que quede por nosotros
restriego la fuerza que nos queda para levantarnos
Acechando en el instante, si te pierdes escucho el movimiento,
cada llaga por abismo en que te busco,
me detengo y respiro alfileres
me arde más no encontrarte
Degüello el ansia para pensar,
su lobreguez no me trastorna más,
no es posible.
Pero conozco tu efigie, las palabras
siempre tienen dos, el literal y el real.
La soberanía para separarnos conmina clemencia.
Que si me burlo de su corona ?,
no le creo aún cuando los súbditos me batanean.
Me tratan de infectar con palabras huecas.
Omar López Rincón
viernes, 31 de mayo de 2013
No lo verán
NO
LO VERÁN
Le
hizo un ademán para que tomara asiento en la silla del jardín. Ella
se veía un poco cansada o fastidiada o ambas. Él sonrió – Llegas
tarde - mientras servía té en la taza que le ofreció,
extendiéndole con la otra mano unas pinzas pequeñas, destapando una
azucarera. Ella tomó la taza, le sonrió, tomó las pinzas para
servirse un cubo de azúcar, probó un sorbo. Se le quedó viendo a
los ojos bajando la taza lentamente, dejando en su lugar el segundo
cubo que tenía preparado en las pinzas. - Sabes que no tengo prisa,
pocas veces me reclaman eso- Le dijo la Muerte.
Llevaba como siempre
una sombrilla que combinara con su vestido, esta vez de un rojo
carmín, exactamente del tono de sus uñas y el labial. La estética
que forma su figura con el cabello lacio junto a la talla de su
vestido, hacen parecer que fuera una gota escurrida con mucho estilo
- Ellos no entienden el juego – Le dijo el Tiempo, mientras tomaba
un sorbo de su café sin azúcar.- Siguen dando vueltas a las ideas
de quedarse girando eternamente, ni siquiera entienden para qué- terminó su taza e inmediatamente se sirvió mas café. Lo mantenía
caliente sobre un soporte fino de acero con una lata de alcohol
encendido.
Estaban en una bonita terraza de algún edificio de alguna
ciudad muy ocupada. Se acercó un mesero vestido de traje blanco y
moño con faja negra, preguntó si necesitaban algo mientras le
extendía la carta a la señora que recién se había sentado a la
mesa. - Unas galletas de canela- dijo el Tiempo – ¿vas a pedir
algo?- le preguntó a la Muerte sonriendo, puesto que sabía que ella
casi no tiene antojos, además que le gusta abstenerse de placeres. -
Hielo por favor- Le dijo la muerte al mesero mientras le contestaba
la sonrisa al Tiempo. -Ellos parecieran no tener idea de lo que
hacen... es inevitable que incidente tras incidente, logren vivir
sin problemas del cuerpo, algo tiene que ocurrir que termine con su
vida.- la Muerte le dijo mientras toma otro sorbo a la taza – Sólo
que se encierren por siempre, sin moverse, bien podrían ahorrarse
molestias recostándose de una vez en su caja – El Tiempo se sonrió
viendo la desesperación de la muerte, suspiró tomándole la mano -
¿Por qué no le ganas la carrera a los que buscan comprar días con
tecnología?- Ella hizo una mueca, volteando a ver la mano del Tiempo
que trataba de reconfortarla.- ¿Porque no detienes todo de una vez
para que nada siga avanzando? - Le contestó ella.
El mesero colocó
un vaso lleno de hielos circulares, preguntando si necesitaban algo
más, las galletas venían en un plato arregladas también en una
forma circular. - No gracias, le contestó el Tiempo al mesero,
tomando una de las galletas. - No son lo único en el Universo, todo
tiene un punto crítico seguido de un final, pero si siguen así,
como van, nos encontrarán antes de que eso ocurra, comenzarán a
torturarnos con sus experimentos, no lo vamos a ver llegar- Mordió
la galleta con seriedad, suspiró, observo la galleta calladamente.
Muerte lo miró -Cada vez que nos juntamos, te atormenta que te hagan
algo con sus experimentos- le dijo ella - todo juego tiene un
conjunto de reglas, sabes que si rompen una sola todo desaparece,
hasta nosotros.- Sacó un cigarrillo de su bolso junto con un
encendedor rojo, colocó un hielo en su té, dio una bocanada al
filtro.-No van a ver cuando me ponga encima de todos a la vez.-
Extendió la mano con el cigarrillo señalando a la ciudad - ellos
son los que no lo verán.- Hizo tres aros de humo, el Tiempo suspiró
y se quedó mirando como se desvanecían las figuras blanquecinas que
salieron de los labios carmín que llevaba ese día Muerte, volteó a
hacer señas al mesero... -¿Me podría traer la carta y mas café,
por favor?-
Omar López Rincón
registro: 1305285174842
28-may-2013 23:42 UTC
edición: Norma Rincón Mendoza
revisión: Jennifer Romero
martes, 28 de mayo de 2013
El rescate de la princesa
EL
RESCATE DE LA PRINCESA
Los
gritos de la princesa se escuchaban por los pasillos. El dragón se
acercó lentamente hacia ella, posando la mirada en sus ojos. -
Créeme, tu perfume me da alergia - dijo el dragón. - ¡No puedo
creer que seas tan delicado, es mi perfume favorito, si llega el príncipe a rescatarme quiero verme bien, eso incluye estar perfumada
!!! -dijo la princesa- El dragón sacó un baúl en el cual tenía
hierbas de todo tipo, tomó unas cuantas entre las yemas de sus
dedos, les prendió fuego soplando delicadamente, después les
vació una cubeta de agua para aspirar todo el humo que provocaba.
Tosió un par de veces, volvió a aspirar. - Sólo quiero respirar un
poco de aire- le contestó el dragón a la princesa en tono
sarcástico.
-Los
dos estamos metidos en esto y creo que realmente podríamos sacar
buen provecho si aprendemos a comprometernos- dijo el dragón a la
vez que se veía las garras. -Además ésta es la única habitación
donde quepo yo con vista al oeste, podrías irte a otra habitación,
el castillo es bastante grande, de hecho demasiado, te digo que si hubiéramos rentado el que estaba más hacia el sur, nos hubiera sido
más barato-. La princesa miró de reojo al dragón... quedó en
silencio. Todas sus amigas ya habían sido rescatadas por los
príncipes de los alrededores, pero siempre alejó a los dragones por
ella misma e incluso es conocida por haberle cortado la punta de la
cola al dragón del norte... nunca había sido rescatada. Por otro
lado, este dragón jamás había secuestrado a ninguna princesa y
todos se burlaban de él. Aunque, la verdad, no le llamaba la
atención hacerlo, le preocupaban más las cosas que a los demás les
parecían sin importancia o absurdas. Le encantaba ver las estrellas
por las noches e imaginar que si volara a una determinada velocidad y
otro dragón volara a otra determinada velocidad, siguiendo la ruta
que las estrellas van formando sobre los cielos, ¿cuál de los dos
podría recoger más flores de color rojo en verano? Era un dragón
más profundo que la mayoría y la idea sola de tener que ir por una
princesa, atraparla, esperar que vengan a rescatarla, ser retado por
algún caballero, era lo menos apreciado que tenía en mente, tenía
muchísimas cosas mejores que hacer o descubrir. Aunque pasar el
tiempo con alguien, particularmente esta princesa, no parecía
totalmente malo. Es bastante inteligente esta princesa -hasta parece
dragón- pensó.
Estaban
tomando el té en un juego de tazas con adornos dorados, que el
dragón había llevado desde su calabozo en la maleta de piel de
borrego, puesto que estaría con las realezas pasando el rato.
Estaban de acuerdo que el casamiento entre ella con el príncipe
ayudaría a que la familia de la princesa recuperara un poco de su
gloria. Todo aquel que quisiera hacer alguna especie de trueque
pasaba por la zona Este, a orilla de los terrenos de la familia del príncipe teniendo tan cerca el mar, el negocio se volvía redondo.
En cambio, la familia de la princesa se encontraba en una región muy
árida, aislada de las civilizaciones comerciantes. Por fantásticos
que fueran los espectáculos que traían de las mejores zonas más
recónditas de todo el mundo, la gente no llenaba los lugares.
Incluso los ladrones no pasan por la zona debido a lo costoso que es atravesar.
Después
de tres meses de vivir juntos, fue en una tarde cuando el sol se
encontraba en las esquinas de las montañas, tornándose en ese color
dorado que el dragón tanto admiraba y le encantaba observar, que fue
interrumpido por un grupo de gente que viajaba desde la zona de las
tierras del Este. Haciendo un ruido salvaje, llamaron a la puerta del
castillo para ser atendidos. -¿Quién hace ese escándalo?- le
preguntó el dragón a la princesa sin dejar de ver el horizonte,
ella se asomó por una de las ventanas principales del castillo. -Es
el príncipe del Este, acompañado no sé de quienes- le contestó la
princesa con cara de fastidio, mientras se volvía a colocar las
zapatillas de tacón que tanto le incomodaban, abrió el portón
principal para que pudieran pasar a retar al secuestrador. El dragón
se apresuró a las puertas de la cerca del castillo para recibirlos,
le costaba trabajo no enojarse al ver cómo derramaban cerveza en los
tapetes de la entrada, que recientemente había ido a lavar a las
islas lisas de Ialasis cercanas al castillo, en una fuente de azufre
que le gusta visitar para relajarse mientras medita sobre las
existentes diversidades de gente en los reinos divisores. Al final
enjuagaba las telas en un brote frío de agua pura y cristalina en
una de las montañas de la misma isla -para dejarla libre de
impurezas- decía el dragón, y ahora totalmente llenas de cerveza y
lodo de los visitantes que no tienen la delicadeza, sino de quitarse
las botas, al menos de limpiarlas en la entrada, o ya como última
instancia, no pisar los tapetes.
Pero,
¿qué podría esperarse de la educación de semejantes hijos de rey?
Mientras el papá está declarando guerras y peleando por los mejores
terrenos que encuentra con sus legiones, el hijo sólo disfruta de
pensar en que algún día la corona le será legada, por ahora sólo
cabalga hasta tarde con los demás hijos de los comerciantes,
molestando gente, haciendo gala de prepotencia, retando a todo aquel
que no sea príncipe como él. -Vengo a retar al señor del castillo
para llevarme conmigo a la princesa retenida dentro de él- Dijo el príncipe mientras sus acompañantes hicieron reverencia tras gritar a
su favor. La princesa y el dragón observaron a la multitud que había
llegado para rescatarla, después de un rato habló el señor del
castillo – ¿Cómo podremos hacer esto de la manera mas civilizada
posible?-
Después
de mucho debatir, todos los presentes llegaron a la conclusión de
que podría ser una buena solución hacer un concurso que consistiría
de distintos juegos de azar para llegar a una puntuación final, en el
cual el vencedor se quedaría con la princesa en cuestión. Por tres
días jugaron apasionadamente, incluso cada vez más adictos todos,
apostando alrededor en cada juego. Al final, el dragón haciéndose
perder en diferentes pruebas de dados, cartas y adivinanzas, llegó a
un punto donde el príncipe sería el único e irrefutable
vencedor, para llevarse consigo a la princesa.
Un
mes había transcurrido desde aquel entonces donde el dragón fue
retado por el príncipe para ganarse a la princesa, cuando la
nostalgia le llegó a las fosas nasales, a la vez que escuchaba la
puerta justo en el atardecer. -Ese olor lo reconozco- dijo el dragón
comenzando a estornudar. -Pensé que habías regresado a tu calabozo-
dijo la princesa, que por su estampa se veía que llevaba tiempo
viajando. El dragón encontró conveniente por la cercanía a las
islas lisas de Ialasis donde brota la fuente que tanto le agrada así
como su baño de azufre, el cual podría visitar frecuentemente, un
día si, un día no. El calabozo, por muy limpio que estuviera con
barras de anti-humedad colocadas por todas las esquinas, estropeaban
sus preciados tapetes que formaban ahora un bonito contraste con el
color del castillo. Había gastado toda su riqueza acumulada en
comprar aquel castillo, re decorando por completo, ahora tenía su
cuarto para los ocasos, disfrutando de un té por las tardes.
-Ya
no tolero al príncipe- dijo la princesa –su ego es más grande
que la estupidez de sus amigos, nunca puedo conversar con él.- La
princesa le pidió al dragón vivir con él. Le había hecho antes
una propuesta a su padre... de acuerdo con ella, ningún territorio o
negocio valía la pena para quedarse con el príncipe que jamás la
toma en cuenta sino como un trofeo que había ganado cuesta abajo con
un dragón que hizo trampa para dejársela llevar. -Los llamaremos
Casinos- dijo la princesa -ya he conseguido los permisos con los
sellos de mi padre, podremos crecerla alrededor de este mismo
castillo. La gente vendrá a apostar lo único que tenga para comer
en juegos de azar que jamás podrán ganar, traeremos a los mejores
magos y bufones de vuelta a formar parte del espectáculo maravilloso
que será la ciudad del entretenimiento, crearemos toda una nueva
manera de hacer negocio a la vez que crece el reino.
Y así fue que hicieron sus casinos el dragón con la princesa y fueron
felices... hasta que llegaron regulaciones con comisión para los
reinados vecinos, cosa que para la inteligencia de la princesa, junto
a lo sofisticado del dragón, no serían problema alguno. El
príncipe hasta la fecha cuenta versiones donde corrió a la princesa
de su castillo... nadie le cree, permiten que se engañe solo
mientras admiran abiertamente los casinos del reinado de la princesa
y el dragón.
Omar
López Rincón
registro: 1305285174859
28-may-2013 23:42 UTC
edición: Norma Rincón Mendoza
revisión: Jennifer Romero
miércoles, 22 de mayo de 2013
martes, 21 de mayo de 2013
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