viernes, 31 de mayo de 2013

No lo verán


NO LO VERÁN

    Le hizo un ademán para que tomara asiento en la silla del jardín. Ella se veía un poco cansada o fastidiada o ambas. Él sonrió – Llegas tarde - mientras servía té en la taza que le ofreció, extendiéndole con la otra mano unas pinzas pequeñas, destapando una azucarera. Ella tomó la taza, le sonrió, tomó las pinzas para servirse un cubo de azúcar, probó un sorbo. Se le quedó viendo a los ojos bajando la taza lentamente, dejando en su lugar el segundo cubo que tenía preparado en las pinzas. - Sabes que no tengo prisa, pocas veces me reclaman eso- Le dijo la Muerte. 

    Llevaba como siempre una sombrilla que combinara con su vestido, esta vez de un rojo carmín, exactamente del tono de sus uñas y el labial. La estética que forma su figura con el cabello lacio junto a la talla de su vestido, hacen parecer que fuera una gota escurrida con mucho estilo  - Ellos no entienden el juego – Le dijo el Tiempo, mientras tomaba un sorbo de su café sin azúcar.- Siguen dando vueltas a las ideas de quedarse girando eternamente, ni siquiera entienden para qué- terminó su taza e inmediatamente se sirvió mas café. Lo mantenía caliente sobre un soporte fino de acero con una lata de alcohol encendido. 

    Estaban en una bonita terraza de algún edificio de alguna ciudad muy ocupada. Se acercó un mesero vestido de traje blanco y moño con faja negra, preguntó si necesitaban algo mientras le extendía la carta a la señora que recién se había sentado a la mesa. - Unas galletas de canela- dijo el Tiempo – ¿vas a pedir algo?- le preguntó a la Muerte sonriendo, puesto que sabía que ella casi no tiene antojos, además que le gusta abstenerse de placeres. - Hielo por favor- Le dijo la muerte al mesero mientras le contestaba la sonrisa al Tiempo. -Ellos parecieran no tener idea de lo que hacen... es inevitable que incidente tras incidente, logren vivir sin problemas del cuerpo, algo tiene que ocurrir que termine con su vida.- la Muerte le dijo mientras toma otro sorbo a la taza – Sólo que se encierren por siempre, sin moverse, bien podrían ahorrarse molestias recostándose de una vez en su caja – El Tiempo se sonrió viendo la desesperación de la muerte, suspiró tomándole la mano - ¿Por qué no le ganas la carrera a los que buscan comprar días con tecnología?- Ella hizo una mueca, volteando a ver la mano del Tiempo que trataba de reconfortarla.- ¿Porque no detienes todo de una vez para que nada siga avanzando? - Le contestó ella. 

    El mesero colocó un vaso lleno de hielos circulares, preguntando si necesitaban algo más, las galletas venían en un plato arregladas también en una forma circular. - No gracias, le contestó el Tiempo al mesero, tomando una de las galletas. - No son lo único en el Universo, todo tiene un punto crítico seguido de un final, pero si siguen así, como van, nos encontrarán antes de que eso ocurra, comenzarán a torturarnos con sus experimentos, no lo vamos a ver llegar- Mordió la galleta con seriedad, suspiró, observo la galleta calladamente. Muerte lo miró -Cada vez que nos juntamos, te atormenta que te hagan algo con sus experimentos- le dijo ella - todo juego tiene un conjunto de reglas, sabes que si rompen una sola todo desaparece, hasta nosotros.- Sacó un cigarrillo de su bolso junto con un encendedor rojo, colocó un hielo en su té, dio una bocanada al filtro.-No van a ver cuando me ponga encima de todos a la vez.- Extendió la mano con el cigarrillo señalando a la ciudad - ellos son los que no lo verán.- Hizo tres aros de humo, el Tiempo suspiró y se quedó mirando como se desvanecían las figuras blanquecinas que salieron de los labios carmín que llevaba ese día Muerte, volteó a hacer señas al mesero... -¿Me podría traer la carta y mas café, por favor?-

Omar López Rincón
registro: 1305285174842
28-may-2013 23:42 UTC
edición: Norma Rincón Mendoza  
revisión: Jennifer Romero

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